Activismo

Más allá de las medidas medioambientales de nuestros eventos, también realizamos diferentes acciones como colectivo. Somos un grupo de deportistas comprometidos con el medio ambiente y lucha contra el cambio climático y sus consecuencias. A lo largo del año organizamos e impulsamos recogidas de residuos tanto en lugares remotos de difícil acceso como en lugares de mucha afluencia de usuarios.

Todas nuestras acciones ponen énfasis en la limpieza de sotabosques para que los árboles tengan un crecimiento óptimo para absorber el CO2. Otra de las prioridades es la preservación del entorno para acabar con la deforestación y especulación, así como la recuperación y protección de especies autóctonas en peligro de extinción.

COMPENSAMOS NUESTRO CO2 Y EL DE NUESTROS ATLETAS. ¡CARBÓN NEUTRAL!

Todo evento incentiva el movimiento y el desplazamiento de las personas. Nuestra prioridad no es crear grandes eventos masificados; siempre nos hemos centrado en nuestros patrones QUALITY OVER QUANTITY y NO NATURE NO FUTURE con el objetivo de conservar y preservar el entorno. Sin embargo, somos conscientes del contexto actual donde la Unión Europea es el tercer gran emisor de gases de efecto invernadero; sólo por detrás de China y Estados Unidos.

Es necesario realizar un ejercicio de responsabilidad. Debemos actuar y seguir luchando por hacer todo lo que esté a nuestro alcance. Queremos compartir con vosotros nuestra última acción, un proyecto de energía eólica en una región de la India. Hemos comprado un crédito de 400 toneladas de Co2 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas directa e indirectamente por nuestra actividad y compensar todas las emisiones generadas por los desplazamientos de nuestros atletas y la organización durante todos los eventos de 2023.

Este camino lo iniciamos hace siete años, cuando empezamos a crear conciencia en nuestra comunidad bajo el lema “NO NATURE NO FUTURE”. Anualmente llevamos a cabo una serie de actividades para conectar a los deportistas y las personas con la naturaleza de la forma más respetuosa y responsable. Los resultados fueron muy positivos y decidimos tomar medidas pioneras y necesarias como reducir, reciclar, reutilizar y sustituir materiales para no dejar huella. El año pasado impulsamos la idea del RESET. No había marcha atrás, rompimos con todo y reiniciamos el modelo organizativo por ser los primeros eventos residuo 0.

Esta transición es cara y no está al alcance de todos. La percepción de las personas cuando reduces es que estás ahorrando, cuando en realidad es todo lo contrario. Reducir sale caro. Una camiseta de poliéster que está compuesta por crudo, vale un tercio que una camiseta de algodón orgánico. El precio económico de utilizar envases reutilizables de hollejo de arroz es mucho más elevado. Lo mismo ocurre si quieres compensar las emisiones de Co2 de forma voluntaria. Aunque nuestras emisiones han disminuido en un 50%, no podemos negar la realidad. Era el momento de pasar a la acción.

No podemos prohibir que utilices el coche para desplazarte a uno de nuestros eventos. Ésta no es la solución. Simplemente, hemos actuado con coherencia y de forma responsable. Nuestro deber como organizadores es hacer todo lo que está a nuestro alcance para facilitar las cosas a una sociedad que suele tomar decisiones de manera individual, mientras surgen gastos y más gastos derivados de los lobbies y grupos de presión de la energía, vivienda o la alimentación.

Hace tres años, nos propusimos reducir nuestra impronta de Co2. En 2020 empezamos a calcular y compensar las emisiones que generaban nuestra logística organizativa, pero en 2022 decidimos dar un paso adelante neutralizando todo el carbono del evento. De principio a fin. Tanto de organización como de atletas. Somos conscientes de que nuestro calendario incorpora eventos de carácter nacional e internacional, incentivando la movilidad terrestre y aérea que generan emisiones. Actualmente, estamos organizando un total de 13 eventos anuales a una media de 650 participantes.

Los principales problemas ocasionados por la emergencia climática son derivados de la quema de combustibles fósiles utilizados en la energía. Son responsables del 77,01% de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que el transporte suma un tercio. Las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura contribuyen con un 10,55%, los procesos industriales, el uso de productos y procesos industriales con un 9,10% y la gestión de residuos con un 3,32% . El dióxido de carbono (Co2) es el gas de efecto invernadero que se suele expulsar con mayor frecuencia a la atmósfera a consecuencia de diferentes actividades humanas, pero no podemos olvidar el metano, 80 veces más potente que el dióxido de carbono durante un período de 20 años.

Nuestra naturaleza sufre a causa de los cambios de ciclos, pero especialmente por el aumento de la temperatura debido a nuestras emisiones. Cabe destacar la particular vulnerabilidad de los países más pobres a riesgos climáticos. Los países en desarrollo se ven mucho más afectados por las extremas condiciones meteorológicas que los países industrializados. Aunque las pérdidas económicas absolutas sean mayores en los países ricos, las consecuencias son más devastadoras en los países con menores ingresos. Esto se debe a que tienen una menor capacidad para hacer frente a los efectos perjudiciales de las amenazas climáticas. En Europa la emergencia climática sólo nos ha acariciado, pero hemos puesto en riesgo la vida de millones de personas en países pobres.